¿Qué diferencias hay entre el soporte en obra nueva y en rehabilitación?
Dado que en obra nueva el soporte también es nuevo, el punto de partida será preparar un buen soporte sobre el que aplicar el sistema de impermeabilización elegido.
En el caso de la rehabilitación, nos encontramos un soporte -cuyas propiedades desconocemos en la mayoría de las ocasiones- que puede contar con irregularidades (por el paso del tiempo y las cargas que haya recibido), y/o con patologías, lo que condiciona la elección de un nuevo sistema y precisa de un buen análisis y personal capacitado para diseñar el proyecto con la solución más adecuada.
Si no se va a rehabilitar con un nuevo soporte, y ante el desconocimiento del estado del mismo o en el caso de que esté disgregado, es preferible separarse de él optando por sistemas de impermeabilización no adheridos.
Si el sistema elegido es adherido, habrá que realizar y disponer catas que demuestren que el soporte es válido y, si los ensayos demuestran que el soporte no es apto, habrá que eliminarlo y hacer uno nuevo con todo lo que conlleva.
En las imprimaciones y trabajos previos para acoger el sistema de impermeabilización, el tipo de actuaciones sobre el soporte será muy distinto en cada caso:
- Para obra nueva se harán labores más continuas.
- Para la rehabilitación, dependiendo de las patologías e irregularidades preexistentes, los procedimientos deberán ser más analíticos y detallados para contar con una superficie de base adecuada y encontrar soluciones.
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